Chiclayo: vecinos de la calle Getsemani llevan más de un mes con aguas servidas en sus casas

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La capital de Lambayeque se encuentra en un estado crítico luego de las lluvias y huaicos registrados en la ciudad. Muchas familias aún no consiguen salir de la crisis desencadenada por el ciclón Yaku y varias zonas de Chiclayo han colapsado. A través del Rotafono de RPP Noticias llegó un nuevo pedido de ayuda.

Varios vecinos de la urbanización Miraflores, a la altura del parque provincial de la FAP, denunciaron que hace más de un mes se rompieron varios buzones ubicados en la calle Getsemani. Esto ha hecho que la pista se anegue y broten las aguas servidas, las cuales han entrado a las casas del lugar.

Aguas sucias en todos lados

La situación es tan caótica que el agua que invade toda la calle se ha puesto de un color verde y arroja un olor nauseabundo. Asimismo, unas 60 familias se han visto afectadas por este problema y los padres de familia temen porque las enfermedades broten en sus hijos.

Cabe mencionar que el colegio Santo Toribio de Mogrovejo se encuentra cerca; así que muchos niños pasan por ahí obligatoriamente, por más que el camino sea casi intransitable. Uno de los denunciantes, Roberto Ballena Renteria, informó que una vecina se contagió de dengue a causa de las aguas sucias.

La persona que adquirió dicho virus es la madre de Vanessa Davila Calmet, quien se mostró muy preocupada por la salud de su progenitora y de toda su familia. Ella agregó que tiene un hijo de 8 meses, el cual es muy propenso a las enfermedades dado que todavía no tiene todas las defensas desarrolladas.

Exigencia a Epsel

Las viviendas están inundadas y las familias no pueden asearse o utilizar los caños para sus distintas necesidades. Ellos piden a la empresa responsable, Epsel, que vaya a la zona para solucionar de manera inmediata el problema, ya que la situación es insostenible y cada hora que pasa se agrava.

La gente que vive ahí sostuvo que ya han presentado el reclamo respectivo a la compañía respectiva, pero ellos han hecho caso omiso a la problemática. “No se aparecen ni siquiera se dignan a venir, más de un mes con estas aguas servidas. El buzón se sigue saliendo, es un olor nauseabundo y no podemos ni abrir nuestras ventanas”, sostuvo Vanessa Dávila.

Del mismo modo, recalcó que hay una proliferación de zancudos en la urbanización Miraflores; así como moscas, roedores y demás insectos o animales generados por estas aguas sucias. Tanto la señora Vanessa como el señor Roberto exigen a Epsel que resuelva de raíz el problema para que no ocurra nuevamente.

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