El pasado sábado 17 de agosto varios ciudadanos se pusieron en contacto con el Rotafono de RPP para alertar sobre un incendio forestal que se registraba en las comunidades José Santos Chocano y Chaupec, ubicadas en el distrito y provincia de Cotabambas, en la región Apurímac.
Sin embargo, el siniestro no ha sido controlado; todo lo contrario, se ha expandido en otras comunidades campesinas como la de Añarqui y ya van seis días en este estado. Ronal Bolívar reportó que los daños que ha causado el fuego en la flora y fauna de esta zona son incalculables.
Gabriel Figueroa Báez es otro rotafonista que informó que el incendio continúa y que sigue arrasando todo a su paso. Cientos de hectáreas de pastizales han quedado totalmente devastadas y recalcó que ahora las personas que viven en estas comunidades se encuentran en mucho peligro.
Esta emergencia comenzó en la localidad de Chaupec, pero al no haber las autoridades necesarias para atenderla las llamas han seguido aumentado. Este último hombre indicó que la situación se ha salido de control y nadie viene a ayudar. Por ello, exigen que envíen helicópteros, ya que es una zona de difícil acceso la que está encendida.
El señor Bolívar contó que recién hoy, martes 20 de agosto, personal del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) llegaron al lugar y con las pocas herramientas que tienen intentaron controlar el siniestro. El problema es que no es suficiente y necesitan muchos más bomberos con cisternas para apagar todo.
Otra complicación que tienen las autoridades es que estas comunidades están alejadas de la ciudad y las pocas unidades de emergencia que hay en la región se les hace larga la ruta y demoran mucho en llegar. Además, no es solo eso, ellos urgen equipos especiales para controlar el incendio.
Por eso, hace un nuevo llamado de auxilio a las autoridades del departamento apurimeño y al Estado para que acudan a su alerta. Decenas de animales han sido quemados y las plantaciones también han quedado carbonizadas.
Los pobladores temen que el fuego entre a sus casas y les da miedo incluso dormir porque en cualquier momento tienen que irse del lugar para no resultar más afectados. Ellos tratan de apagar las llamas con mangueras y con el poco material que tienen, pero es en vano porque no hace casi de efecto.
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